viernes, 22 de octubre de 2010

FORMACIÓN CÍVICA Y FORMACIÓN SOCIAL

Profra. Virgilia Bautista Diego


Una democracia es un sistema político en el que se respetan los derechos y las libertades fundamentales de todos los ciudadanos.

El principal reto que vivimos es lograr la protección efectiva y garantizar los derechos para todos los seres humanos que habitan el país.

El término “Derechos Humanos” surgió con la defensa de las libertades civiles y políticas durante las revoluciones norteamericana y francesa del siglo XVIII y tomó nuevamente fuerza después de los totalitarismos del siglo XX, con el establecimiento de la Sociedad de Naciones, antecesora de la Organización de las Naciones Unidas, por la adopción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948.

Demandaron sus derechos: mujeres, minorías étnicas, discapacitados, pobres, marginados e indígenas, para ir ampliando sus derechos e incorporarse a la vida personal, social y política en condiciones de igualdad de trato, de ciudadanía y de oportunidades.

Su pretensión es universalista, lo que significa que deben ser reconocidos y garantizados sin importar la condición o lugar en que se encuentren los seres humanos.

En la antigüedad griega y romana se insistía en la importancia de ser gobernados por leyes y no por hombres e ideas sobre que el poder debía de estar dividido para evitar su concentración y que tuviera límites.

Esta aspiración antigua sobre los límites necesarios que deben establecer las instituciones políticas al poder se retoma en la modernidad, especialmente en Montesquieu, quien tradujo la antigua idea del gobierno mixto a la idea sobre la división de poderes como una regla institucional, moderno, establecido para que los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial se limiten y controlen entre sí. Ambas ideas destinadas a acotar al poder y limitarlo con el objeto de respetar una serie de derechos fundamentales inviolables, están detrás de los gobiernos constitucionales del mundo contemporáneo.

Sin embargo, para darle, solidez y vigencia, también desde hace muchos años se discute la importancia de seguir ciertas prácticas y actitudes en torno a los derechos con el fin de ser congruente con una cultura de promoción y respeto de los mismos.

Para la formación de competencias cívicas para el respeto a la diversidad, los ejercicios de deliberación son fundamentales ya que este proceso incluye el intercambio de argumentos y razones, la revisión de los prejuicios y estereotipos personales a partir de la reflexión colegiada y el reconocimiento de la diferencia en las posiciones para retroalimentar la propia.

La legalidad implica no sólo que exista un orden jurídico, sino que sus ciudadanos vivan conforme a los principios y valores de la democracia: el respeto de las minorías, la representación política, el principio de mayoría, los derechos y libertades fundamentales, la libertad, la igualdad de ciudadanía, la solidaridad, la justicia, la tolerancia y la pluralidad.

Se espera que los ciudadanos reconozcan e  identifiquen violaciones a los derechos humanos y se comprometan con su denuncia, defensa y promoción.

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